Para mí no deja de ser curioso que en el siglo que vivimos, se usen cosas que parecen, porque lo son, muy antiguas aplicadas a procesos, muy modernos. Me hacen pensar en épocas en las que los trabajos, los procesos vitales y laborales eran más lentos e ilusionantes, muchas cosas estaban por descubrir. Una época en la que todo era manual y la creatividad te obligaba a encontrar soluciones tan artesanales como ésta: un colorante mineral que se fije a la proteína por ejemplo y te permita ver una estructura a priori transparente, en una lupa o en un microscopio. Te permitía el contraste.
Yo contaba anillos de crecimiento de peces capturados en la Antártida, en sus otolitos opacos y lechosos, a miles de kilómetros del lugar en el que fueron capturados.
Artesano, a mano, creativo, contraste, laborioso, mineral, natural y por el uso que les di, mar y más mar......supongo que pretendo que en algún momento, mi blog evoque estas referencias, porque son las mías, las que me inspiran y me hacen sentir bien.
Azul, verde y un último vistazo antes de saltar! |